La mala calidad del aire que caracteriza a las grandes ciudades se ha convertido en una causa de muerte prematura, pues de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) tal exposición provoca alrededor de siete millones de decesos al año en todo el mundo. Esta situación despertó la inquietud de un ingeniero mexicano, quien desde Singapur analiza el problema y trabaja a favor de soluciones dirigidas a la ciudad de México.
Si bien la distancia existente entre México y el país asiático, donde trabaja desde hace siete años, es amplia, para el experto egresado de la Facultad de Ingeniería de la UNAM y con estudios de posgrado en la Universidad Estatal de Washington, Héctor Erik Velasco Saldaña, no ha representado obstáculo alguno. Su trabajo le ha permitido contribuir en la elaboración de proyectos ambientales y políticas públicas, como el Programa de Gestión para Mejorar la Calidad del Aire (ProAire).
“Además, hace cinco años el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) nos invitó a ser parte de la iniciativa Singapore-MIT Alliance for Research and Technology con el objetivo de incentivar y promover la investigación científica, así como el desarrollo tecnológico en temas de gestión de la calidad del aire y mitigación del cambio climático en ciudades tropicales”, refiere el experto, quien se desempeña como investigador del Center for Environmental Sensing and Modeling (CENSAM), en Singapur.
Por otra parte, cabe destacar que Velasco Saldaña forma parte de una red dedicada al monitoreo de flujos del dióxido de carbono (CO2) y energía a la atmósfera, en la que participan alrededor de 12 instituciones mexicanas y foráneas.
Entre ellas se encuentran el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) y el Colegio de Postgraduados (Colpos), todos estos pertenecientes al Sistema de Centros Públicos de Investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), por mencionar algunos.
Asimismo, el investigador colabora con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) y el Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM en la instalación de nuevas torres de flujos urbanas (sistemas micrometeorológicos que miden directamente el intercambio de masa y energía entre la atmosfera y la superficie) y en el análisis de mediciones de sustancias químicas para el Sistema de Monitoreo Atmosférico de la ciudad de México.
“Una de las grandes satisfacciones que tengo a nivel profesional ha sido observar el mejoramiento de la calidad del aire del Distrito Federal. Los resultados de nuestros estudios son considerados en políticas y programas ambientales”, subraya.
Por otro lado, en el CENSAM, el especialista realiza investigación aplicada sobre contaminación del aire, exposición personal, climatología urbana, emisión de gases de efecto invernadero, así como estudios sobre secuestro urbano de carbono y mediciones de la respiración del suelo.
“Mediante el uso de torres de flujos y técnicas diversas, cuantificamos la emisión total de CO2 a la atmosfera y el aporte de las diferentes fuentes de emisión (vehículos automotores, industria, hogares, respiración humana, etc.) y sumideros (vegetación)”, detalla.
La información, explica, deberá constituir la base para el diseño de medidas de mitigación y adaptación ante el cambio climático, así como de políticas ambientales enfocadas a reducir la emisión de gases de efecto invernadero”, puntualizó.