UN AMOR EN CADA CIUDAD

                           

Así es mi historia. Tengo veinte años y un hijo de un año y seis meses de soltera. Sufrí mucho con el padre de mi hijo ya que nuestra relación siempre fue muy violenta. Desde que terminamos y él rehízo su vida hace cinco meses con otra persona, yo me alejé del amor para dedicarme a trabajar en el negocio de mi familia y criar a mi hijo, sinceramente me olvidé de ser mujer.

Hace aproximadamente un mes, estaba sola como todas las mañanas trabajando y entró un hombre vestido de uniforme, un policía. Me saludó muy amablemente y me preguntó por mi mamá, ya que él recordaba que ella estaba por las mañanas. Entre una cosa y la otra hablamos durante cuarenta minutos aproximadamente y me comentó que me dejaría su número telefónico por cualquier urgencia, ya que era el consigna asignado para esa cuadra, para cualquier urgencia o algo más.
Ese día no le mandé ningún mensaje, no quería que se sintiera que su número lo iba a utilizar solo para preguntarle cómo estaba, pero ese mediodía cuando partí para mi casa, no paré de pensar en él en todo el día. Al día siguiente, mi mamá me comentó que por la tarde había preguntado por mí, entonces me arreglé un poco para ir a trabajar y finalmente a las 11:10. Luego de diez minutos de entrar al servicio pasó a saludarme. Seguimos hablando, esta vez se quedó hasta que terminé mi horario a las 13:30. Quedamos en mensajearnos.
Esa tarde nos escribimos todo el día y me confesó que le había gustado ni bien me vio, que lo de mi mamá había sido una excusa para hablarme así como el darme su número para urgencias y me invitó a salir en cuanto tuviera franco.
Al día siguiente, ya con tres días de conocerlo, cuando terminé mi horario laboral y el suyo también concluyó, me acompañó hasta mi casa que quedaba a dos cuadras, y me besó por primera vez. Desde ese día fuimos inseparables, literalmente. No hubo un momento del día en el que no estuviéramos comunicados o viéndonos, almorzamos y cenamos, incluso dormirmos juntos todas las noches hasta el fin de semana del día del niño, que el viajó a su ciudad a ver a su hijo de 10 años.
Cuando volvió me planteó que quería pedirse el pase a su destino porque el allá tenía una casa y acá dormía en la comisaría. Y al ver mi cara de angustia me propuso irnos juntos. Sin dudas dije que no, que era muy lejos, que no dejaría mi vida, pero que tampoco quería dejarlo a el y Gastón, sin mas dudas, me dijo que si no me iba entonces se iba a quedar conmigo acá, porque no podíamos estar separados.
Así fue nuestra historia, inseparables sinceramente.
Vaya a saber por qué razón, el diablo metió la cola, reabrí mi Facebook luego de varios meses cerrados y subí una foto juntos. Busqué si él también tenía para agregarlo y me llevé un gran fiasco. Casado, con tres hijos. Mi desesperación fue inmediata y lo handeé. Nos habíamos visto hacía 15 minutos y esa noche habíamos decidido que me quedaría a dormir con mi hijo porque estaba muy angustiado por estar tantas noches fuera. El me handeó pidiéndome que no viera más nada, que me iba a explicar todo y que todo iba a ser mas fácil.
Su explicación fue que apenas me conoció le gusté, que después de la primer cita ya no pudo separarse de mí por haberse enamorado, y que él quería mudarse conmigo y no volver mas a su ciudad a vivir, sino cada cinco meses a ver a sus hijos. Me deprimí porque todos esos proyectos juntos se desmoronaban. Al final dormirmos juntos esa noche, que mas que dormir, lloré y el se durmió cansado de pedirme disculpas.
Pero a la mañana que le siguió todo había cambiado, sus besos ya no me correspondían y abrazarlo era el primer paso para llorar desconsolada… Él lo tomaba mas natural, hasta su rostro parecía estar mas tranquilo y hacía de cuenta que todo seguía intacto. Me enojé, busqué mediante Facebook algún familiar suyo y llamé a su madre mediante guía telefónica. Me hice pasar por una trabajadora de un call center y conseguí el número de su mujer. La llamé pero no estaba, no llegué a decirle nada a ella, sin embargo le comenté a la señora que me había atendido que llamaba desde Buenos Aires, que residía acá y no en Necochea como ellos y que me urgía hablar con su hija.
Pasada una hora, el me handeó. ¿Qué hiciste? ¿Hablaste con mi mujer? No le dije. No pude hablar. “Ella me pasó tu número y me dijo que soy un hijo de una mala mujer, que no voy a volver a ver a mis hijos y que no vuelva nunca más para mi ciudad”. Entonces la llamé a ella, en la desesperación de ver que yo no había dicho nada me enojé y le confesé que yo era su pareja en Buenos Aires, que nos amábamos y que estábamos buscando un alquiler para convivir juntos.
Él me llamó luego de cortar con ella, lo escuché enojado, me dijo que habían tenido que llevar a su mujer de urgencia al hospital, que había ido muy lejos sin medir que el me pidió que no lo hiciera, le comenté que lo hice de desesperación al ver que todos nuestros proyectos se derrumbaron y que el separado, nosotros podríamos retomar todo nuestro amor. Dijo sentirse mal, haber tenido problemas hasta en su trabajo, y que hoy por hoy quería que las cosas queden así.

Desde ese día, no respondió mas un mensaje. Lo veo a lo lejos y nos escondemos para no cruzarnos, y si eso pasa, miramos para abajo. Sigue siendo el amor de mi vida y se que le fallé, nos fallamos mutuamente.
No encuentro maneras para pedirle disculpas, lo amo con todo mi corazón y daría lo que fuese para que nos demos otra oportunidad, ya sin ataduras.