PERDÍ UNA BATALLA, PERO NO LA GUERRA

                          

Desde muy jovencita soñé con encontrar el amor, pero no un amor cualquiera, yo quería un amor de esos de película, quería vivir una historia diferente, especial, y quien no ¿verdad?

Como todas las niñas tuve mis “fantasías”, hoy me gustaba uno, mañana el otro y así iban pasando los años, hasta que cumplí los 19 y conocí al que hoy, puedo decir que fue, es y seguirá siendo el amor de mi vida.
Es cierto que había tenido otras historias pero nada serio, nada importante, más bien fueron tonteos, ilusiones de adolescente.
He de decir que pertenezco a una familia de clase media alta, con unas fuertes creencias religiosas y por lo tanto con una idea de la vida y la moralidad muy apegada a la fe cristiana. Yo crecí en esas costumbres de que no debes mantener relaciones con tu pareja hasta que te casas, y mucho menos convivir en pareja ni nada parecido. Pues bien, yo rompí todas las reglas, todas las normas.
Conocí a mi amor, me enamore, tuve relaciones con el y me fui a vivir con el sin estar casados. De todo eso no me arrepiento, lo haría una y mil veces, por que así fui feliz.
Estuvimos juntos 4 años y medio, pero por cosas de la vida todo termino, y es ahí donde empezó mi verdadero calvario pero con el, mi verdadera historia de amor, y digo que empezó en ese momento, porque fue cuando me di cuenta de que tanto lo quería, y lo quería mas que a mi vida, y ahora contare para quien quiera leerme todo lo que paso.
Un día el decidió que se iba de mi vida y yo no hice nada por evitarlo, le prepare la maleta y lo vi salir por la puerta del que había sido nuestro hogar en los 4 últimos años, pero debéis saber que el se fue y yo me quede con el rostro lleno de lagrimas y de dolor. No podría explicar con certeza por que no hice nada por retenerlo a mi lado, supongo que creía que no lo quería lo suficiente.
Pasaron unos días y no supe de el. El no me llamaba, no respondía mis llamadas ni mis mensajes, luego aparecía me decía palabras demasiado hirientes y desaparecía de nuevo como si se lo tragara la tierra y yo me quedaba metida en mi habitación revolcándome en el dolor con la única compañía de mis recuerdos.
Días, bueno mejor dicho meses mas tarde, me entere que andaba en malos pasos, que debía DINERO, que estaba en un mundo que yo desconocía por completo, en el de la droga, en ese momento quise morir y llevarlo conmigo para que nunca mas se metiera ninguna sustancia en su cuerpo, pero eso hubiera sido salir por la puerta de atrás y yo nunca me he caracterizado por huir de los problemas, así que me trague mi orgullo, mi amor propio y lo busque, luche contra el mismo, para que volviera a ver a mi a su mujer, a su apoyo, y así fue, por el y solo por el me metí en un mundo muy oscuro, y no me arrepiento lo mas mínimo.
Hoy después de algún tiempo me siento frente a mi ordenador para confesarme, para aliviar en algo el dolor por no haber podido arrebatar de los brazos lujuriosos de la droga a mi amor. Hoy quiero que el mundo sepa, que si bien es cierto que jamás consumí nada, si lo vendí, o mejor dicho fui cómplice de el en sus negocios, juntos pasamos por cosas impensables para mi familia ni para mi, hice muchas cosas de las que debería avergonzarme y digo debería por que no lo hago, y no lo hago por que lo hice por el, para ayudarlo, para sacarlo del pozo en el que se hundía frente a mis ojos de no haberlo evitado. Se que lo que viví no era lo correcto, por que yo misma debería haberlo denunciado a la policía, pero ¿como se mete a alguien entre rejas al que amas mas que a tu propia vida? entonces todo mi esfuerzo y mi sacrificio no hubiera valido para nada. El olvidarme de mis principios y de mi moral solo hubiera servido para destruirlo mas de lo que ya estaba, pero al final todo fue inútil, al final de cuentas mi esfuerzo solo sirvió para que el siguiera en esa vida y yo perdiera mi buen nombre frente a todos, ese nombre que mis padres me dieron y yo lleve con orgullo y mucho respeto hacia los demás.
Pero no me importa, mi madre cree que soy lo peor, mi familia me culpa de su desgracia, pero yo cada noche cuando me quedo sola y recuerdo a mi amor, me siento orgullosa, y me siento así por que yo si luche por lo que quería y quiero aunque perdí la batalla…y hoy quiero que sepáis, que a pesar de todo lo que hice, que a pesar de haberme metido en muchos problemas, valió la pena, por que yo si puedo decir con certeza que daría mi vida por el, y lo se por que en muchas ocasiones me he metido entre el y la muerte aun sabiendo que seria mi cuerpo el que recibiría el puñal o el golpe con el que alguno de sus enemigos lo amenazaba. Te quiero mi niño.
Perdí una batalla, pero no la guerra.