NO SABES LO QUE TIENES HASTA QUE LO PIERDES

¿Mi historia? Pues la verdad parece mucho una telenovela. Juro que todo esto es real aunque desearía que no lo fuera. Todo comenzó cuando tenía cerca a los 11 años. Yo estudiaba en el colegio más prestigioso de mi ciudad y era buena alumna, pero sufría mucho de bullying. Siempre he sido motivo de burlas desde que tengo memoria. He usado lentes desde que tengo 4 años y con el tiempo tuve que usar frenillos, razón por la que siempre fui la perna y “looser” de la generación.

En general podía lidiar con todo eso, pero cuando cumplí 11 años la cosa se disparó y el acoso era realmente insoportable. Al final terminé por cambiarme de colegio a otro de menor nivel, pero igualmente bueno. La verdad, la situación no mejoró mucho pero si conseguí nuevas amigas y amigos y entre ellos estaba Thomas. El era gordito y con hartos granos por lo que sufría de burlas igual que yo, pero era buena persona y nos hicimos buenos amigos.
Al cabo de dos años el se cambió de colegio a justamente el mismo del que yo venía huyendo y cortamos contacto. Pronto descubrí que estaba muy bien. Un año después de que él se fuera yo también regresé por cosas de la vida. La situación era mil veces mejor que antes, pero igual nunca fui “popular”.
La verdad yo me odiaba. Me consideraba fea, rara y nadie me quería. Excepto él. Thomas de a poco empezó a demostrarme que quería que fuéramos algo más y yo me acobardé. No lo entendía. ¿Cómo me iba a querer y amar si yo era horrible? La verdad si yo no me quería raramente iba creer que alguien lo pudiese hacer. Lo rechacé cruelmente y le hice mucho daño. Mucho, mucho daño. Lo bloquee en Facebook. Cortaba sus llamadas y nunca respondía a sus mensajes.
Ya había pasado casi un año y el seguía hablándome aunque ya no con tanta frecuencia. Un día me llamó y yo le contesté pésimo, le dije que no quería que me siguiera llamando que ya basta. Me arrepiento en el alma. Cada vez que pienso en esto me dan ganas de llorar.
Un par de meses después me enteré que su mejor amiga había muerto en un accidente de tráfico esa noche. Me quería morir. Si tan solo le hubiera contestado alguna de sus llamadas. Thomas entró en depresión y se hundió en el cigarro y el alcohol. Siempre me sentí muy culpable por ese hecho y aunque intenté acercarme, él me rechazaba.
Un año después del hecho Thomas consiguió una novia y la verdad yo estaba feliz por él. Yo por mi parte mejoré mi autoestima y ya no era tan indefensa como antes. De hecho me logré hacer de un buen lugar en mi generación.
Un año más tarde Thomas terminó con su novia y acudió a una amiga mía por consuelo. Me sentí mal, porque ya no confiaba más en mí. Pero supuse que en realidad me lo merecía.
Ese año ambos ingresamos a preuniversitario. Ya era nuestro último año juntos y yo luché por todos los medios recuperar nuestra amistad. En preu conocí a un chico, Matt, con el que me hice muy amiga y al poco tiempo me empezó a gustar. Unos meses después supe que Thomas era amigo de Matt también por preu. Mi amistad con Thomas regresó, quizás no tan fuerte como en un principio pero yo estaba feliz y satisfecha.
Para finales de año yo empecé de novia de Matt y Thomas de otra chica. De pronto Thomas me empezó a advertir que Matt no era una buena persona y que me podía hacer mucho daño, pero yo no lo escuchaba.
Pasamos casi todo Noviembre y Diciembre juntos hasta que llegó el día de mi fiesta de graduación… El mismo día en que me enteré en la misma fiesta que Matt me había engañado con una amiga mía. No les explico cómo lloré. Thomas estaba ebrio como de costumbre pero me consoló un poco.
Dos días después él fue con mis mejores amigas a mi casa a acompañarme. Mis amigas hablaban de cualquier cosa y se reían, pero Thomas fue capaz de ver lo mal que estaba detrás de mi sonrisa.

Recuerdo que me llegó un mensaje de Matt por facebook y él fue el que me tomó el celular, lo borró y luego lo borró de Facebook. Esa noche descubrimos un vodka en mi pieza y terminamos todos tomando bastante. Mis dos amigas bailaban y cantaban por el living mientras yo me quedé sentada en el sillón. Thomas vino a sentarse conmigo y me abrazó. De pronto estábamos declarándonos y hablando en voz alta todo lo que había pasado entre nosotros y explicando cosas que habíamos dado por sabidas. Esa noche, en ese sillón me di cuenta de en realidad cuanto lo amaba y de que siempre lo amé pero que nunca lo quise admitir. Thomas quería besarme y yo lloraba porque sabía que él tenía novia y no podía.
Después de que se fue, lloré. Más de lo que había llorado nunca. No pensé en Matt en ningún momento. Sólo veía a Thomas. Después de eso cortamos contacto.
El tiempo fue sanando mis heridas aunque me volví mil veces más desconfiada e insegura en lo que el amor respecta. Mi actitud más fría, irónicamente, me atrajo muchos pretendientes. Además que en esa época mi belleza natural floreció y por primera vez en mi vida me miraba en el espejo y no odiaba lo que veía. Seguía extrañando mucho a Thomas y a Matt pero al cabo de unos meses ya no lloraba tanto por ello.
Medio año después me encontré con Thomas de nuevo y conversamos la tarde entera. Así fue como me enteré de lo grave de su condición con el alcohol, hasta el punto de ser un alcohólico empedernido. Tuve miedo por él. Mucho miedo. Le rogaba que se cuidase más pero él no me respondía. Seguía con su misma novia de siempre.
Al día siguiente nos volvimos a juntar con una amiga y esta vez fuimos a mi casa. Vimos vídeos hasta noche. A mí me bajó el sueño y me fui a tirar a un sofá. Thomas me siguió. No habíamos tomado nada esta vez. Mi amiga se fue y yo me quedé con Thomas hasta bien entrada la noche. Hablamos mucho. Me empezó a confesar muchas cosas de su vida, de su amiga que murió, de sus noches de carrete, de cómo casi muere más de una vez y sus piel llena de cicatrices. Recuerdo echarme a llorar cuando me hablaba de como casi se suicida un día. Me abrazó y me confesó que me amaba. Que siempre lo hizo y siempre lo hará. Y que ahora él estaba con esta chica y esperaba que yo fuera feliz con alguien más pero que él estaría infinitamente celoso de él. Me acariciaba y todo era perfecto.
De pronto, nos miramos a los ojos y nos besamos. Era lo que siempre quise pero no pude evitar llorar después. Ahora sé que nunca podremos estar juntos. Nunca. Yo lo amo pero no puedo esperar y mirarlo con la otra chica y fingir una sonrisa como si nada. Y yo sé que aunque me ama a mí también la ama a ella. Si terminara con ella por mí nunca me lo perdonaría. Y nunca me sentiría tranquila porque ya sé que él la engañó a ella conmigo y nada me va a garantizar que eso no me va a pasar a mí en el futuro.
Ya ha pasado medio año desde ese hecho. Creo que lo estoy superando. Por lo menos ahora puedo imaginarme con otros chicos cosa que antes no podía. Igual siento que Thomas siempre va a formar parte de mi vida y de mi corazón.
Thomas se ha convertido en una preocupación constante. Su adicción al alcohol sigue y siento que cada día que pasa es una lucha por su vida. Tengo pesadillas horribles donde voy a su funeral y veo desde lejos a su novia llorando frente al altar y luego apuntándome con el dedo echándome la culpa.
No puedo hacer nada. Ya luché mucho para ayudarlo y ahora no me queda nada más que confiar y rezar en que ese sueño nunca se haga realidad. Lo amo, he seguido adelante y ahora se puede decir que soy feliz. Pero lo amaré siempre mientras pueda respirar.