Después de 19 años de matrimonio, en menos de dos meses donde me abrazaba, me besaba y me decía que yo era lo que él más amaba se encontró con una mujer que lo cambió por completo: Llegadas tardes, mentiras increíbles, palabras hirientes, silencio, etcétera.
Hasta que una madrugada escuche el móvil y lo tomé por equivocación. Unos mensajes que decían “Pasé la mejor noche de mi vida” y con una flor en la almohada. Allí empezó mi martirio. lo llamaba, lo interrogaba que no hacía, pero quien más ha sufrido fue su hijo, que era su más fiel admirador. Dicho sufrimiento duró dos meses y medio cuando una noche no durmió en la casa y dio la noticia de que se iba con ella.
A pesar de ser la esposa que lo ayudó en momentos de muchas dificultades económicas y problemas normales del matrimonio, no lo consideró. Hoy día me odia tanto y nunca he sabido por qué. Sólo en mi mente esta la frase que me resuena “entre mejor me tratas más rabia te tengo”.
Fue un año muy difícil, lloré como nunca lo había hecho, renuncié a un trabajo, recibí llamadas de la mujer. Sabía que era ella porque tengo ID, pasaron muchas cosas tristes. Al cabo de año y ocho meses me entero que tiene una niña. Me dolió porque siempre quise que tuviéramos otro hijo, pero no se pudo.
Me siento más tranquila pidiéndole a Dios que pase todo este sufrimiento porque lo amé mucho, pero jamás pensé que nos haría sufrir a mi hijo y a mí. Ojalá todo pase y el tiempo selle las heridas que marcó en mi persona.
Y que Dios lo perdone. No le guardo rencor ni lo odio. Espero algún día yo ser feliz.