Ya hace algunos años que existen cámaras ingeribles, que permiten explorar el interior del cuerpo mediante las imágenes que van captando durante su recorrido. Los robots ingeribles, un concepto nuevo y ambicioso, difieren de dichas cámaras en el hecho de que ellos pueden ser programados para llevar a cabo tareas allí dentro, en vez de solo pasar a través del cuerpo y captar imágenes de su entorno.
Una iniciativa pionera en el diseño de robots ingeribles para exámenes médicos es la del equipo de Pietro Valdastri, Akos Ledeczi y Addisu Taddese, de la Universidad Vanderbilt, en Nashville, Tennessee, Estados Unidos, quienes han desarrollado hardware y software para la fabricación de robots de ese tipo, y los han puesto a disposición de otros diseñadores como hardware y software de código abierto.
Aunque los primeros prototipos de estos robots de la Universidad Vanderbilt son todavía demasiado grandes, es solo cuestión de tiempo que puedan miniaturizarse lo suficiente como para poder ser ingeridos. Entonces, se les podría emplear para exámenes preventivos y para diagnosticar y tratar una serie de enfermedades internas
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El equipo de Valdastri, Ledeczi y Taddese ha preparado versiones preliminares específicas (una para el colon, una para el estómago, y otra con una pinza quirúrgica para detener hemorragias), aunque básicamente ha reutilizado los mismos componentes. Como ocurre con las piezas de Lego, es posible reensamblar las piezas de estos robots para darles funciones diferentes. De este modo, la nueva arquitectura robótica permitirá a los especialistas del campo crear sus propios robots a la medida de sus objetivos, partiendo de una misma librería básica de componentes.